welcome to fabulous las matas!

"Viva Las Vegas!" entonaba Elvis Presley desde ese paraíso de los casinos, los shows y el despendole absoluto. Adjetivos que pronto compartirá España, con la llegada de los complejos de Barcelona World y, sobre todo, Eurovegas, que supondrán miles de puestos de trabajo directos e indirectos, turismo a cascoporro, y millones de euros que irán a parar a los bolsillos de nuestros políticos en forma de sobornos y casos de corrupción múltiples (al tiempo) de los que, por supuesto, saldrán indemnes.

Que digo yo ¿cómo será Eurovegas? ¿En vez de bodas express de sujetos disfrazados de Elvis y Marilyn se casarán como El Fary y Sor Citröen? ¿Tendremos CSI Alcorcón, con la policía científica cagando cada caso de asesinato porque confunden unos restos humanos carbonizados con los restos de una barbacoa? A falta de Sinatras y Elvis, ¿qué decadentes glorias tendremos cantando cada noche? ¿El Duo Dinámico con 120 años (cada uno) glorificando su bizarro y pedófilo amor por una quinceañera? ¿Raphael con su enésima capa de Pharmatint reivindicando que él fue aquel mientras se le sale volando la dentadura? ¿Tendremos espectaculares shows de magia tipo David Copperfield, o tiraremos de algo más autóctono como los trileros, el tocomocho, o el timo de la estampita?

Es pronto para saberlo. De momento, tenemos un bizarro aperitivo: En el pueblo de Las Matas, sierra madrileña, minúsculo lugar de modestos chalecitos de piedra, acudió de noche con alevosía, un pico y una pala, un artista que plantó en la rotonda de entrada la placa que vemos en la foto, rememorando la famosa que da la bienvenida a la ciudad del juego creada por Betty Willis, y que no es que sea para tirar cohetes, pero en un país donde lo más antiguo que hay es Mickey Rooney, la señal esta es para ellos como las pinturas rupestres de Altamira, poco menos.

A los dos días, el ayuntamiento de Las Matas quitó la placa, y unos cuantos vecinos se movilizaron en las redes sociales para que volviese... y volvió. Ahí fue cuando yo me la encontré, dando vueltas con el coche buscando un centro comercial por ahí perdido. Admito que vista en ese adusto y sencillo conjunto rural la señal es tan horripilante como ir vestida de Agatha Ruíz de la Prada a... a... a... bueno, a cualquier lado. Pero no nos desviemos del rumbo, saludemos al progreso al modo de Elvis con un "¡Viva Las Matas!" y crucemos los dedos que ya ha comenzado a rodar la bolita de la trepidante ruleta rusa de una nueva burbuja inmobiliaria, y un sinfín de corruptelas... porque, no olvidemos, que la banca siempre gana. Hagan juego señores.