16.11.08

bonsaaaiiii


Un sábado de 1984, en un inmenso cine de la Gran Vía de Madrid (las pelis de estreno se veían en la Gran Vía, y se compraban las entradas de reventa a un señor mayor que había en la puerta), medio millar de personas observábamos hipnotizadas la pelea final entre Daniel Larusso y Johnny Lawrence. El sonido monoaural se acompasaba con el crujir de las palomitas marca ¡Gol! cuya bolsa de estruendoso plástico mostraba el dibujo de un portero de fútbol que se lanzaba a parar un balón (y que, por la marca del producto, deduzco que se lo acabaron metiendo). De repente, ante su adversario, Larusso extendió sus brazos como si fuera a recoger la colada de la cuerda y encogió una pierna ante la atenta mirada de su maestro Miyagi.
La sala enmudeció. Las palomitas quedaron suspendidas en el aire, y nuestras bocas abiertas, expectantes.
Cuando todos creíamos que un coro de gaitas iba a invadir el tatami y que el Karate Kid se pondría a bailar una muñeira, el joven hizo un cambio de piernas, y enchufó un patadón noqueador a su rival, ganando el torneo y los corazones de toda una generación, que se echó a las calles enfervorizada gritando ¡¡Bonsaaaaiiiii!! y dando patadas al aire y recordando cada escena, cada leñazo y cada frase en las merendolas de Nocilla y Trinaranjus de las tardes.

Mucho tiempo después (el merchandising no era inmediato, como ahora) la hamburguesería Wendy’s sorprendió regalando una bandana como la que lucía Larusso en su frente durante aquel campeonato, con un sol naciente de infinitos rayos rojos. Todos nos lanzamos a devorar las hamburguesas de la pecosa niña con coletas para lucir aquel pañuelo por unas horas en el colegio, y volvimos a rememorar la postura de la grulla, el dar cera y pulir cera, y dijimos ¡bonsaaaii!, aunque para entonces ya sabíamos que se decía banzai, pero nos importaba un bledo porque no había wikipedias, ni foros de internet, ni blogs ni nada que pudieran entrometerse en nuestra nostalgia.

Hoy abro el correo y veo este arbolito que me manda Sulfolobus, cuyas hojas han sido convertidas en placas solares para recargar las baterías de los teléfonos móviles y de los iPods. Y me doy cuenta de que tanta tecnología, tan sofisticada, rebuscada, enrevesada, morirá mañana en nuestra memoria, sepultada por algo nuevo, mejor, con más colores, más bonito, rápido y pequeño, que superará con creces lo que hoy era revolucionario. Y me doy cuenta, hoy, ahora, de que todo este rato mi cabeza sólo ha observado el arbolito. Esa minúscula planta japonesa que me devuelve al recuerdo del que soy dulce rehén de aquellas tardes de cine, e inocencia, de sueños y de esperanzas cuando todo era posible, y nada era necesario. Cuando los sueños se cumplían gritando ¡¡bonsaaaaaaaaiii!

9 comentarios :: comments :

sulfolobus dijo...

BoooooOonsaaaAaiII! a mi también me marcó Karate kid! jajajajja

Ricardo dijo...

Yo despúes de verla rompí la lámpara de mi habitación de una patada, sonámbulo.

No es coña.

Mon dijo...

Chapeau, puri. Y ya sabes a que me refiero. Enhorabuena. Me ha encantado la historia del bonsai-banzai.

Años más tarde el Wendy´s lo cerraría sanidad porque a una niña se le clavó un diente de rata en una muela, despues de comer una de sus hamburguesas (no se si fue leyenda urbana), y nos daríamos cuenta de que la citada bandana tenia en realidad la bandera imperial japonesa, equivalente aqui al aguilucho. Pero todo esto no le quita ni de lejos encanto a la postura de la grulla, ni a una época en la que para jugar solo hacia falta un poco de imaginación... y no apretar ningún botón.

Me acuerdo que nada cambió respecto a nuestros padres, porque ellos jugaban a indios y vaqueros, nuestros hermanos mayores a polis y cacos, y nosotros a la serie "V", pero los niños de hoy juegan a dar palizas con el movil... ya no hay imaginación.

:-P

Señorita Puri dijo...

*sulfolobus: welcome to the lcub

*guitardo: jajajajajaja

*mon: lo de el diente de rata me ha marcado. Nuestra generación tiene el enorme privilegio de tener nostalgia. Aunque, como diría Woody Allen, "no sé si un recuerdo es algo que tengo, o algo que he perdido". O como dirían Simon y Garfunkel: "Guarda tus recuerdos, es todo lo que te queda". O los rolling "Pierde tus sueños y perderás tu cabeza". Bueno ya está.

Anónimo dijo...

Me ha encantado la entrada, pero no por el cacharrito, sino por la forma de contar la peli. Me ha venido a la memoria fotograma a fotograma.

Qué tiempos aquellos....

Unknown dijo...

Qué post más genial. Mítica la patada de la grulla, sí señorita. A mí me pilló naciendo, pero la han repuesto tantas veces que me la conozco, jeje

Un besazo

Anónimo dijo...

Amééén!!!.

Se me eriza el vello, frunzo el ceño, arqueo la espina dorsal, me pongo a la pata coja y... bonsaiiiiiiiiiiiiiiiiii!!!.

Estooo... preciosa la redacción.

pd.- El artilugio mu feismo.

Señorita Puri dijo...

*mageles: es que los 80 fueron años de pelis míticas. hoy si no es por pixar o dreamweorks los nñios no irían al cine.

*serafina: yo es que tenía 9 años y lo pasé como una enana

*iamnot: gracia, gracias. el árbol es feo de cojones, sí.

Alejandra dijo...

Un diente de rata??? me ha revuelto el estomago, que horror.. Espero que sea leyenda urbana..

Me acuerdo de v. Me dijeron que el ratón era de chocolate... por lo menos yo me lo creí... Lo que nunca vi fue el final.

Un beso.